Por Guillermo Petracci.
La industria petroquímica argentina enfrenta hoy un escenario desafiante, con márgenes de maniobra limitados y una coyuntura que aún muestra señales de incertidumbre. Es decir, si bien el escenario actual ofrece oportunidades, también nos desafía a ponernos a la par de mercados que operan con otras estructuras laborales, fiscales y regulatorias.
En este contexto, el verdadero reto es doble: sostener la operación diaria sin resignar la mirada estratégica de largo plazo. Por tanto, las oportunidades para nuestro sector requieren que cambiemos el enfoque. Necesitamos asumir el protagonismo que se nos exige, ya que somos parte central del entramado productivo nacional: empleamos, exportamos, innovamos.
Durante nuestra participación en la Jornada Petroquímica Argentina 2025, quedó en evidencia un diagnóstico compartido: necesitamos construir, entre todos, un nuevo contrato productivo. No se trata de un acuerdo firmado, sino de un pacto práctico y persistente, que se base en reglas claras, coordinación eficiente y decisiones sostenidas en el tiempo. Solo así podremos transformar capacidades en resultados tangibles.
La competitividad no es un factor dado ni decretado, sino que debemos construirla, trabajarla. Y en ese proceso, la gestión tiene un rol clave. Hay mucho que podemos y debemos mejorar: en eficiencia operativa, en innovación de procesos, en desarrollo de personas y, sobre todo, en la forma de pensar y liderar la industria. Porque, si bien la comparación puede ser obvia, cabe aclarar ser productivos no es lo mismo que ser competitivos.
Producir es necesario, pero competir requiere una estrategia integral, alineada con las necesidades del negocio y la dinámica del entorno. Todo, sin dejar a un lado los valores intrínsecos de cada compañía, esos que hacen que producción, sustentabilidad y personas estén alineadas en un objetivo común.
Tenemos lo necesario para liderar una nueva etapa de crecimiento, pero no podemos esperar condiciones ideales: debemos crearlas. Eso implica asumir compromisos desde la propia experiencia, basada en hacer las cosas bien con los recursos que cada uno tiene, desde el inicio, con responsabilidad y visión.
En ese sentido, desde nuestra compañía trabajamos para construir una industria que inspire: que lidere con responsabilidad, que esté a la vanguardia en soluciones sostenibles y que promueva una cultura de cooperación estratégica. Porque la competitividad también es una cultura. Es una forma de trabajar, de decidir, de anticiparse a los cambios.
Y de esa cooperación se tematizó en el panel de CEOs de las Jornadas. Fue posible poner en común desafíos, logros y compartir la convicción de que, más allá de las diferencias sectoriales, hay un compromiso común por hacer crecer la industria desde el diálogo y la acción.
Solo con un sector fuerte, articulado y con visión de futuro podremos convertir los desafíos en oportunidades reales para el desarrollo del país. Por ejemplo, en Unipar hemos podido mejorar condiciones y optimizar recursos en nuestra producción de PVC, más allá de que el contexto no sea el más favorable.
¿A qué hago referencia con esto? A que las decisiones internas, si persiguen un propósito común, si son trabajadas desde la cooperación y siempre con una mirada a largo plazo, hacen posible a una reconversión segura, ágil y eficaz. Estamos en un momento difícil, pero auspicioso.
Guillermo Petracci, Director de Unipar Argentina.